A mediados de el mes de noviembre, se estreno la cuarta entrega de la esperada saga Crepúsculo y como no podía ser, no me la perdí. Esta última entrega está dividida en dos partes.
Bella quiere convertirse en vampiro para estar siempre al lado de
Edward, pero él prefiere esperar. El primer paso para que Edward
acepte es casándose y en esta entrega, Edward y Bella se dan el sí quiero.
Se van de luna de miel a una isla de Brasil y allí Bella se empieza a
encontrar mal y descubre que está embarazada. El embarazo no es un embarazo
normal, ya que el bebe que espera crece a una rapidez vertiginosa, pero allí
están sus dos “amores”, Edward y Jacob, que le ayudan a protegerla de la
amenaza de los lobos, ya que creen que el bebe que espera es un
peligro. Mientras tanto Bella se está consumiendo y se tiene que alimentar a
base de sangre.
Durante el parto Bella muere y Edward le muerde para que se convierta en
vampiro, pero parece que no ha hecho efecto, o ¿igual sí?
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